María ha publicado su primer artículo. Le ha hecho mucha ilusión y a nosotros también.
El coste de las pruebas diagnósticas en urgencias banales
José Luis Navarro Espigares, Elisa Hernández Torres, María Salinero Sendrás. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada..Los Servicios de Urgencias de los centros hospitalarios (SUH) se han convertido en la principal puerta de acceso al Sistema Sanitario Público Español. Aunque se observa una reducción en la inadecuación de urgencias en los estudios más recientes, es necesario insistir en la necesidad de ajustar protocolos de identificación y derivación de las urgencias clasificadas como banales a los niveles asistenciales adecuados.
El coste de las pruebas diagnósticas en urgencias banales
Los Servicios de Urgencias de los centros hospitalarios (SUH) se han convertido en la principal puerta de acceso al Sistema Sanitario Público Español.
La evolución de la demanda de urgencias en todos los países occidentales ha crecido de forma progresiva. En España, desde el año 2001 hasta el año 2006 ha sido aproximadamente de un 3%, incrementándose en casi 4.000.000 de consultas en ese período[1]. El aumento de la utilización de estos servicios en los últimos años viene siendo motivo de preocupación para la comunidad sanitaria y para la sociedad en general, debido a las diferentes implicaciones que conlleva en términos de masificación de los servicios, al incremento de la demanda no verdaderamente urgente, al gasto sanitario asociado y las repercusiones sobre la gestión del resto del hospital.
La adecuación de la demanda de atención urgente a las necesidades reales de atención se encuentra en el punto de partida de cualquier análisis sobre los SUH. En España se estima un porcentaje de inadecuación de visitas urgentes hospitalarias de entre el 24% y el 79%, dependiendo del criterio empleado para su valoración[2]. Esta atención a urgencias inadecuadas conlleva en muchos casos la realización de procedimientos diagnósticos asociados, que resultan también inadecuados. Un estudio realizado en 2004 en el Hospital General Universitario de Alicante estimó que el 46% de las pruebas de radiología y el 50% de las pruebas de laboratorio realizadas en el SUH estarían asociadas a urgencias inadecuadas2. Otro estudio llevado a cabo en el Hospital Universitario de la Paz de Madrid en el mismo año refleja que el 16% de las peticiones de radiografías de tórax solicitadas en urgencias habían sido inadecuadas[3].
El impacto económico de esta atención inadecuada justifica el interés del análisis detallado de los diferentes componentes de costes de estos procesos. Conocer los costes de las pruebas diagnósticas en un Servicio de Urgencias de un hospital público se convierte en algo fundamental cuando se hace un uso excesivo de esta práctica.
Recientemente se ha realizado un estudio sobre el coste de las pruebas diagnósticas realizadas a las urgencias banales atendidas en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada (HUVN) en el periodo comprendido entre el 1 de septiembre de 2007 y el 29 de febrero de 2008. El HUVN es un hospital regional con un diseño multicéntrico. Las urgencias analizadas fueron las del centro Médico-Quirúrgico, lo que implica que este análisis no recoge urgencias pediátricas, obstétrico-ginecológicas ni traumatológicas. Las variables analizadas fueron la prioridad de la urgencia establecida tras triage (crítica, preferente, urgente y banal), una serie de variables sociodemográficas de los pacientes atendidos (sexo, edad) y otras de actividad (nº de pruebas, tipo de prueba). Se calculó el coste diagnóstico de cada episodio de urgencias a partir de la traducción de cada prueba diagnóstica en Unidades Relativas de Valor (URV) según el catálogo del Servicio Andaluz de Salud y del coste medio unitario de cada URV en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves.
Durante el periodo estudiado se atendieron 43.387 urgencias. La media de edad de los pacientes fue de 49,86 (+21,56) años. La distribución por sexos mostró un 51,10% de hombres. Respecto a los resultados del triage, 12.284 urgencias se consideraron banales (28,31%). A 24.956 de las 43.387 urgencias atendidas se les realizaron pruebas diagnósticas de laboratorio y/o radiológicas, de las cuales 3.331 (13,30%) fueron clasificadas como banales. El coste medio de las pruebas diagnósticas fue de 104,43€ para los pacientes críticos y 57,66€ para las urgencias banales.
El coste total de las pruebas diagnósticas realizadas a urgencias banales ascendió a 192.065,46€. Este importe supone un 2,47% sobre el coste total de urgencias aunque hay que tener en cuenta que sólo midió el coste de las pruebas diagnósticas, sin incorporar otros costes como los de personal, fungible, farmacia, etc., que son los principales determinantes del verdadero impacto presupuestario de la atención a urgencias banales en el ámbito hospitalario. Por otra parte, el coste de las pruebas complementarias vinculadas a urgencias banales representaba un 1,05% del coste del total de pruebas realizadas en el centro, lo que pone de manifiesto,en este caso, si lo comparamos con otros grupos de pacientes, una buena gestión de pruebas diagnósticas en los episodios de urgencias.
A lo largo de los años se han realizado diferentes intervenciones para racionalizar el uso de los servicios de urgencias en los hospitales, como reformas estructurales, cambios organizativos, puesta en marcha de sistemas centralizados de emergencias o el empleo de sistemas de clasificación de pacientes como el triage. La puesta en marcha del triage junto con asistencia de médicos de atención primaria para los casos no urgentes parece mostrarse como una intervención efectiva para reconducir el volumen de casos inapropiados a un nivel aceptable al tiempo que no se producen efectos negativos para los pacientes y se reducen considerablemente los costes[4].
La derivación a centros de Atención Primaria de los pacientes no urgentes es una de las medidas más aceptadas que se tratan de llevar a la práctica para reducir el número de casos no urgentes que se atienden en los SUH. Aún así, en España y en el resto de países desarrollados, la tasa de frecuentación a estos servicios ha experimentado un importante crecimiento, siendo en España de 6,7% anual (entre 1994 y 2005) que no es proporcional al crecimiento de la población en el mismo período[5].
Aunque se observa una reducción en la inadecuación de urgencias en los estudios más recientes, es necesario insistir en la necesidad de ajustar protocolos de identificación y derivación de las urgencias clasificadas como banales a los niveles asistenciales adecuados.
[1] Estadística de establecimientos sanitarios con régimen de internado 2006. Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud. Instituto de Información Sanitaria. Ministerio de Sanidad y Política Social. Disponible en: www.msc.es/estadEstudios/estadisticas/docs/RESUMEN_PRINC_CIFRAS_2006.pdf
[2] Aranaz JM, Martínez R, Rodrigo V. “Adecuación de la demanda de Atención Sanitaria en Servicios de Urgencias Hospitalarios”. Med Clin (Barc) 2004; 123 (16): 615-8.
[3] Gracia San-Román FJ, Monteagudo-Piqueras O, Alonso-Vigil P et al. “Adecuación de la petición de radiografías de tórax en urgencias hospitalarias”. Rev Calidad Asistencial 2004; 19: 226-31.
[4] Peiró S, Sempere T, Oterino D. “Efectividad de las intervenciones para reducir la utilización inapropiada de los Servicios Hospitalarios de Urgencias. Revisando la literatura 10 años después del Informe del Defensor del Pueblo”. Economía de la Salud. Boletín informativo de 12 de abril de 1999. Número 33, Informe Técnico Nº 2.
[5] Moreno E. ¿Y si adaptáramos los servicios hospitalarios de urgencias a la demanda social y no a las necesidades de salud?. Emergencias 2008; 20: 276-284.
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