Hace un par de semanas vimos este corto de Tim Burton, previo a sus películas de animación, en el que ya nos presenta su estilo característico. Cuenta la historia de Vincent, un niño distinto a los demás que sueña con ser Vincent Price (en realidad alguno de sus personajes) y lo ve todo deprimente y oscuro.
Entretenido corto para disfrute de los fans de Tim Burton.
El primer fin de semana de Noviembre, estuvimos en el cine viendo la película de Tintín dirigida por Spielberg y producida por el y Peter Jackson.
Había oído hablar de ella, pero creía que se iba a hacer con personajes reales y no digitales con la técnica de captación de movimientos. La película está muy entretenida y merece la pena verla. No puedo decir si es fiel al cómic, ya que no he leído ningún cómic de Tintin, sólo he visto alguna que otra adaptación de dibujos animados.
Muy entretenida, para pasar un buen rato, y de lo mejor que había en la cartelera hace un mes.
El mes pasado, tras volver del viaje, y aprovechando los días que nos quedaban libres fuimos al cine a ver este thriller psicológico magistralmente interpretado por Luis Tosar.
El actor interpreta a un portero de una casa de vecinos en Madrid, que tiene una cara frente a los vecinos, pero que oculta una oscura personalidad que le hace obsesionarse con alguno de los inquilinos.
No cuento más, para no destripar la película, pero otra gran actuación de Luis Tosar que consigue que odies a su personaje. No os la perdáis.
Llegamos a Oporto procedentes de Nueva York a las 8 de la mañana, y el vuelo hacia Madrid no salía hasta las 4 de la tarde, por lo que cogimos el metro (que bien comunicado está Oporto), para irnos al centro. Desayunamos cerca de la Universidad y estuvimos pasenado por el centro hasta llegar al puerto.
Tras un rato de descanso cruzamos el puente para ir a comer a un restaurante de Villanueva de Gaia que conocían Fito y Ada. Para volver a la parada del metro cogimos el telesférico y de allí de vuelta al aeropuerto (eestábamos tan destrozados que nos quedamos todos dormidos en el Metro).
Sobre las 6 de la tarde aterrizamos en Madrid y fuimos a por el coche. Aún nos quedaban 6 horas de coche hasta Granada (muchos cambios de conductor y paradas). Tras 37 horas de viaje desde Boston a Granada, llegamos a casa.
El viaje había sido espectacular.
Segundo libro de Agatha Christie que me he leído ultimamente. Este me lo leí mientras esperábamos embarcar en Newark y durante la primera hora de viaje. Como siempre, la escritora va dejando pistas por toda la novela, pero en esta no me enteré de nada hasta las explicaciones finales (en Asesinato en el Orient Express casi acierto).
Ocho personas son invitadas a una lujosa mansión en un islote sin acceso, junto con el servicio (un mayordomo y su mujer). Todos son acusados de algún crimen mediante una grabación y empiezan a morir asesinados uno a uno, lo que llevará a sospechas entre todos y mucha intriga. Gran libro.
Las elecciones del domingo pasado le dieron la mayoría absoluta al PP, pero si cambiase la ley electoral, la imagen de arriba sería los resultados obtenidos. Los grandes perjudicados son IU y UpyD y los grandes beneficiados PP y PSOE. Mi miedo ante el cambio era la desaparición de los nacionalistas del congreso con lo que conllevaría su radicalización, pero parece ser que se mantendrían en sus números. Debería cambiarse la ley.
En el avión teníamos una pantalla en cada asiento en la que poder ver películas y series, escuchar música, jugar a videojuegos o obtener información del vuelo.
En el vuelo de ida empecé a ver esta película con doblaje sudaméricano (no me apetecía verla en inglés con subtítulos en portugués), que trata sobre un abogado en horas bajas que además es entrenador de lucha en el instituto. Como abogado se hace cargo de un hombre mayor con alzheimer, y llega su nieto, hijo de una díscola hija a vivir con su abuelo. El chaval es un gran luchador y se integrará con el abogado y su familia.
La verdad es que es un drama típico de las tardes de Antena 3, y por eso no recuerdo haberla visto por el ciene en españa. Como no pude verla entera (cuando empiezan las maniobras de aproximación al aeropuerto desconectan todas las pantallas), tuve que terminar de verla en el viaje de vuelta. Lo peor el doblaje: "Tienes que hacer todo lo que sea puto necesario". Al menos me hizo pasar unas horas de un vuelo tan largo.
El último día en Estados Unidos había llegado. Teníamos todo preparado para salir después del desayuno buffet en el hotel de Brockton, con dirección a New Jersey para coger el avión a última hora de la tarde.
Hacía un día bastante feo y no paró de llover en todo el viaje. La vuelta la hicimos bordeando la costa desde Boston a New York, paseando por el condado de Madison. Nos salimos de la autovía para recorrer los pueblos y cruzar los famosos puentes de Madison, pero la lluvia empezo a inundar los puentes y tras pasar justitos algunos, encontramos uno que no nos atrevimosa cruzar por lo que dimos marcha atrás y de nuevo a la autovía.
Llegamos al aeropuerto, devolvimos el coche y a esperar la salida del vuelo. Con un poco de retraso salimos hacia Oporto. El viaje había concluído, pero aún nos faltaba pasar el día en Oporto antes de llegar a España.
Después de un buen desayuno en el hotel, nos fuimos en coche a una estación de cercanías de Brockton para coger el tren hacia Boston. El día era nublado y un poco lluvioso, aunque nos comentaron que este año el verano se había alargado y no estaba a 15º bajo cero.
Durante toda la mañana estuvimos recorriendo el centro de Boston y los lugares más significativos siguiendo el camino de la libertad, que está muy bien señalizado por toda la ciudad. Tras comer en un restaurante nos dedicamos a recorrer las calles de Boston y el centro, una ciudad muy bonita y muy señorial, que nos encantó pero que no pudimos disfrutar como hubiéramos querido, ya que el cansancio de tantos días de ajetreo nos pasaba factura.
Volvimos al hotel a preparalo todo, ya que al día siguiente teníamos el vuelo de vuelta. Las vacaciones se acababan.
Abandonamos el hotel temprano y nos subimos al coche camino de Boston pero atravesando las Green Mountains. Paisajes otoñales espectaculares, con pueblecitos de película, llenos de hojas de colores dorados, y el omnipresente río, serpenteando.
Llegamos a media mañana a Bennington, un pequeño pueblecito del estado de Vermont (ahora comprendemos las escapadas románticas a hotelitos de Vermont de los neoyorkinos en las películas), en el que repostamos y ya aprovechamos para dar un paseo y visitar de casualidad una exposición de coches antiguos, en el que el cuidador (un señor muy mayor y muy simpático), nos iba contando cosas de los coches (¿De España?, está noche no llegáis a casa para cenar ;)).
Seguimos camino por las Green Mountains hasta llegar a Battleboro. Otro pequeño pueblo (un poco más grande que Bennington), en el que estuvimos comiendo. Acostumbrados a New York y sus infinitos sitios para comer, no pensamos que por estos pueblos, no habría tantos sitios ni lugares abiertos a cualquier hora, pero al final encontramos un sitio muy agradable.
Dejando Battleboro atrás nos dirigimos al hotel que estaba en Brockton, cerca de Boston. Boston es una ciudad pequeña, pero está rodeada de un enorme cinturón en el que habita el 80% de la gente que pasa por Boston. Estuvimos recorriendo Brockton por la noche en coche (tras dejar las cosas en el hotel), pero si Albany nos había parecido un sitio vacío, Brockton lo era aún más, y sólo había licorerías abiertas y algún que otro supermercado dando una imagen de peligro.
Acabamos comiendo en una restaurante texano (franquicia), cerca del hotel. Todo muy típico, incluso los Yihaaaa, para felicitar un cumpleaños.
