La segunda semana de vacaciones la pasamos en El palmar, la playa de Vejer de la frontera, donde alquilamos una casita junto a las amigas de la facultad de Carmen. La casa tenía pisicna, varias barbacoas y bicicletas de montaña (tras muchos años sin pedalear, me dí alguna vuelta en bici). Como siempre, lo pasamos genial (sin pasar sed ni hambre) y disfrutando del fresquito que hace por allí al anochercer y que permite descansar por las noches.
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