Nos desperamos en Vega de pas, y tras comer un sobao recién hecho, que humeaba aún del horno (que cosa más buena), nos acercamos en coche a una ruta de senderismo, que empezamos a hacer, pero que no pudimos acabar por que había mucho barro y no pudimos pasar al llegar a una zona inundada por el río. Al menos hicimos hambre y comimos un menú de cocido montañés. fabes con almejas y albóndigas que quitaban el sentido.
Después de comer nos fuimos a Santander, donde pasamos la tarde con la familia de Carmen, y por la noche nos dimos un paseo por una ciudad semi vacía (era martes).
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