Tras acabar el segundo tomo de manera misteriosa, había que empezar a leer el tercero, y me lo termine el domingo pasado.
Manel, Viktor y Lucía (sor Cecilia fue asesinada en Tenerife), huyen en un velero, perseguidos por las autoridades, y están a punto de morir en una tormenta, cuando son rescatados por un superpetrolero. Este se dirige a las costas de áfrica a por un yacimiento de petroleo para llevarlo de vuelta a Gultfor un pueblo del sur Estados Unidos, que ha sobrevivido y es controlado por un predicador racista y pendenciero. Cuando llegan allí se dan cuenta que su pequeña sociedad sobrevive usando como esclavos a hispanos, asiáticos y negros, por lo que se verán abocados a intervenir.
El más insulso de los tres libros, pero con final cerrado sin posible continuará.
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