La semana pasada finalizó Mad Men, tras siete temporadas. La serie en la que no pasa nada (cómo la definen en algunos blogs) y que nos enganchó hace unos años por su estética, el atractivo de sus personajes y las historias entrelazadas con la historia americana (al estilo cuéntame pero con más glamour).
Echaremos de menos las idas y venidas de Don Draper, y las ideas para los anuncios. Genial el final de la serie, que ha quedado redonda en mi opinión.
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