El martes de la semana pasada estuvimos en el concierto de Joaquín Sabina y Joan Manel Serrat. Teníamos las entradas desde hace varios meses y yo iba de acompañante de Carmen, ya que a ella le encantan, pero a mí no tanto.
Si a eso le añadimos que acabábamos de volver de vacaciones, y estábamos super cansados, os podréis imaginar de las pocas ganas que tenía de ir. Pero estas desaparecieron en cuantro entramos en el palacio de deportes. Estaba a reventar, y disfrutamos de 3 espectaculares horas de concierto, en las que disfrutamos de canciones de ambos cantadas por los dos, canciones de uno cantadas por el otro y canciones propias.
Un conciertazo la verdad. No llega al de U2 en el Calderón, pero si puede haber sido uno de los mejores en los que he estado.
Además ver a Carmen disfrutar tanto, me hace pasármelo mejor.
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