El día siguiente a la boda, hubo unas migas en el mismo local de la despedida, acompañadas de cerveza, queso y dulces de la zona. Estaban bastante buenas pero el cuerpo no estaba muy católico para más desfases.
Por la tarde nos fuimos a darnos un baño al río, en una de las gargantas cercanas al pueblo y por la noche tras cenar en un bar, hubo copas y una timba de póker en casa de Alonso. Fito se llevó el bote y yo me quedé el tercero, a un paso de disputar la gran final.
Un fin de semanica largo, ¿no os parece?.
22 sept 2009
Las migas
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