Hace unos meses decidimos irnos de puente la mayoría de los amigos, y empezamos a buscar casa cerca de la playa, pero por empezar a buscar tarde, acabamos reservando a medio camino entre Granada y Madrid, justo pasado despeñaperros.
No sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, ya que ninguno conocía la zona, e imaginábamos un calor abrasador. Al final la casa fue un acierto, con unos caseros majísimos, y con todo tipo de instalaciones, para disfrutar del descanso y hacer deporte. Lo hemos pasado genial, hemos reído mogollón, comido muy bien y bebido más. Ha sido un puente fantástico con los amigos.
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