Ayer estuvimos en el teatro viendo Love, pain, love, la última obra de Ángel Martín y Ricardo Castella. Sin gustarme tanto como su anterior obra, si pasamos un buen rato, echando unas risas con los amigos. En esta ocasión, nos presentan un guión de un musical-historia de amor, que quieren llevar a Hollywood, y al no tener demasiado presupuesto, entre los dos hacen todos los papeles.
Sorprende lo bien que cantan ambos (sobre todo Ángel Martín), y su habilidad para tocar algunos instrumentos. También fue nuestra primera vez en la sala Falla del palacio de congresos.
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