El domingo pasado probé mi primera olla de San Antón, en el club de golf de Las Gabias. No sabía si me iba a gustar, ya que tiene fama de ser muy pesada y llevar mucha pringue, pero me encantó. Sólo tuve que apartar la morcilla que no me gusta.
Eso sí, después teníamos pensado ir al cine, y acabamos atrapados por el sofá.
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