El viernes pasado terminé de ver Breaking Bad, una serie con un final redondo y de pocas temporadas (cinco, las series americanas suelen alargarse ad infinitum y cerrar por aburrimiento y falta de audiencia, siendo pocas series las que terminan en todo lo alto).
Aunque he de reconocer que me costó empezarla (mi compañero Migue lleva 5 años hablando de ella y no la he empezado hasta el verano pasado), y estuve a punto de dejarla en los primeros capítulos de la primera temporada (Carmen la dejó en el cuarto), le dí una nueva oportunidad y acabó enganchándome.
La serie ha dejado frases para la historia de las series y el personaje de Walter White ha encumbrado a Bryan Cranston a la fama, con su interpretación del profesor de instituto apocado y enfermo que sufre una transformación espectacular con su alter ego Heisenberg. No te la pierdas.
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