El domingo terminamos la tercera y última temporada de The Killing. Es una serie que no pasará a la historia, pero que engancha, no sé si por su ambiente gris y lúgubre, por su acertada banda sonora, por sus personajes principales, etc.
Fue cerrada en la segunda temporada (con acierto ya que alargaron el caso durante dos temporadas innecesariamente) y retomada para hacer una tercera temporada, sin duda la mejor. Los personajes acompañan el gris de Seattle, teniendo todos ellos bastantes problemas y dejándose arrastrar por la tristeza que transmite la ciudad. Muy recomendable.
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