El viernes pasado estuvimos viendo Blue Jasmine, la última de Woody Allen, alabada por la crítica y que colocan a la protagonista Cate Blanchett, como ganadora del Oscar.
Blanchett es Jasmine una rica venida a menos tras la caía en desgracia de su marido, un millonario inversor neoyorkino, y no le queda más remedio que irse a San Francisco a vivir con su hermana, cajera de supermercado. Durante todo el metraje se producen flashback, contándonos su anterior vida y los acontecimientos que la llevan a su situación actual.
Película entretenida (muy lejos de la mala película del año pasado), pero sin llegar a gustarme tanto (le falta algo). Aunque hay que reconocer que Blanchett lo borda.
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