Nos encantó Gante. Fuimos desde Brujas en tren (no más de media hora) y fue uno de los dos días con mal tiempo que tuvimos en todo el viaje, pero aún así nos encantó.
Queda un poco deslucida por la lluvia, pero es una gozada pasear por sus calles, atravesando los canales, y parando a tomar un chocolate caliente o comer en sus bares. Una ciudad encantadora.
Como todos los días que pasamos en Brujas, estábamos listos para cuando Fernando llegaba del trabajo, para salir a dar un paseo por el centro y tomar una cerveza antes de volver a casa.
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