8 mar 2007

Sevilla


La Giralda.

Carmen y yo nos hemos propuesto viajar al menos un fin de semana cada mes o mes y medio. En principio la idea es recorrer sitios de andalucía que nos gustan mucho o que no hemos visitado, ya que en un fin de semana tampoco da tanto tiempo, y menos cuando tenemos que salir a partir de las 8 de la tarde por temas laborales.

El último fin de semana de Febrero, decidimos irnos a Sevilla. Ya empieza a hacer buen tiempo y falta todavía para semana santa, que convertirá la capital andaluza en un infierno de incienso. Pues lo dicho, reservamos un hotel para dos noches con Bancotel, y cogimos el coche dirección Sevilla.

Llegamos sobre las 11 de la noche al hotel a la primera (gracias al GPS, por supuesto) y nos encontramos en la puerta un grupo de costaleros, entrenando para la inminente semana santa. Tuvimos que pedirles que nos dejaran sitio para poder meter el coche en la cochera. Como llegamos tarde y estábamos cansados, devoramos el bocata que nos habíamos preparado, vimos un poco la tele y a dormir.



En la plaza de España.

A la mañana siguiente desayunamos en una cafetería junto al hotel, que estaba en el Barrio de San Julían, cerca de la murralla de la Macarena y a 10 minutos andando del centro. Bajamos hacia el centro, pasando por los distintos barrios, llegando finalmente a la catedral, la giralda, para después irnos a la zona de bares de Plaza Nueva en la que estuvimos comiendo de tapillas, y aprovechando que había poca gente, Carmen se compró unas botas muy bonitas y super cómodas. Cansados de la caminata, volvimos al hotel a descansar un par de horas.

Por la tarde, volvimos al centro, nos tomamos un cafelillo con pastel frente a la giralda, y nos fuimos a triana, recorriendo la calle betis al ladito del Guadalquivir. Saliendo de triana nos encontramos el traslado de un paso a la iglesia madre para la semana santa..... y es que en Sevilla es semana santa todo el año. Tras el paseo por Triana, volviamos al hotel y paramos a cenar en El Rincón de Ana, un barecito cerca del Plaza de la Encarnación. Devoramos unos chocos en su tinta, un revuelto de patatas con jamón, y lo mejor de la noche, una tarta de queso con la que sueño desde entonces. Que cosa más deliciosa de tarta que parecía mousse de queso... uhmmmmm.



En los balcones de la plaza de España.

A la mañana siguiente, nos fuimos a recorrer Plaza de España y el parque de Maria Luisa, para acabar comiendo pescaito y buenas tapas en los bares de la calle Betis. Cogimos el coche y saliendo de triana paramos a tomar café y volvimos a Granada.

Un fin de semana muy tranquilito, en el que lo pasamos muy bien y nos hartamos de andar. Tanto que al día siguiente teníamos agujetas.

En cuanto pueda subiré alguna de las fotillos que nos hicimos por Sevilla.

No hay comentarios: