Este puente lo hemos pasado en la comunidad valenciana. Hemos estado parando en casa de Moi en Gandía, un pisito en primera línea de playa cerca del puerto de Gandía y con unas vistas impresionantes de toda la playa de Gandía.
Salimos el sábado por la mañana y el viaje fue bastante bien hasta que a 60 km de Gandía el GPS insistía en que giráramos a la derecha y nosotros no quisimos, entre otras cosas por que lo que había a la derecha era un tajo espectacular (Recordad: si usáis GPS, actualizad los mapas antes de salir). Tuvimos que dar un poco de vuelta y hacernos unos 20 kms por carreteras de montaña que me hacían sentir Carlos Sainz hasta que de frente te encontrabas a lugareños en todoterrenos que no frenaban y te pasaban rozando a to polla (copyright Karmen) y sin reducir ni una mijita la velocidad.
Por fin llegamos a Gandía y nos apuntamos al almuerzo. Probamos un poco de arroz negro, ensalada y un licorcito de hierbas antes de dar un paseito por el puerto.
Después a casa a jugar al continental y al trivial, regándolo todo con copazos y comiendo un whopper que hacía tiempo que no degustaba.
A la mañana siguiente Carmen y yo nos fuimos a Valencia a ver la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Empezamos por el parque de las Ciencias que si has visto el de Granada o cualquier otra ciudad no tiene nada nuevo, salvo que este está en un edificio espectacular, que merece la pena visitar y pasear por sus alrededores. Además la entrada es barata (sólo 2€ si la compras combinada con la del oceanográfico, e incluso más barata si además añades la del Imax).
Después nos fuimos al oceanográfico (esta vez si lo ví y no me quedé dormido viendo el espectáculo de los delfines). Estuvimos recorriendo todas las salas y lo que más nos llamó la atención fueron las 2 belugas que había, pero una de ellas estaba super triste. Teniedo en cuenta que suelen andar en manadas de miles y aquí sólo había 2, es comprensible. Los peces del caribe llamaron mucho la atención de Carmen y a mí el tiburón nadando junto con su cría y como se apartaban los demás peces en su presencia.
El Imax no pudimos verlo ya que estaban todas las entradas agotadas hasta el día siguiente, por lo que volvimos a Gandía a tiempo de la cena, la partida de cartas y las copillas mientras escuchaba a lo lejos como el Sevilla machacaba al Madrid, je je.
Al día siguiente después de desayunar, recogimos y empezamos el viaje de vuelta, aunque nosotros hicimos una pequeña paradita en el puerto de Alicante para degustar un maravilloso arroz a banda.
Dar las gracias a Moi por su hospitalidad y a todos los demás por aguantar estoicamente como los derrotaba (por no decir humillaba) jugando al continental.
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