Una mañana la pasamos en Gallipoli, un pequeño pueblo pesquero, que me recordaba mucho a Cádiz o incluso Saint Malo, con una islita rodeada completamente por el mar, unida por un puente al resto del pueblo. Estuvimos paseando y disfrutando de las vistas, para terminar comiendo en un restaurante en el centro, y tomando un helado en una heladería espectacular cerca del puerto. De allí nos fuimos a darnos un baño en una playa paradisiaca, a la que accedimos después de andar más de un kilómetro por un carril de acceso. Espectacular.
Una mañana la pasamos en Gallipoli, un pequeño pueblo pesquero, que me recordaba mucho a Cádiz o incluso Saint Malo, con una islita rodeada completamente por el mar, unida por un puente al resto del pueblo. Estuvimos paseando y disfrutando de las vistas, para terminar comiendo en un restaurante en el centro, y tomando un helado en una heladería espectacular cerca del puerto. De allí nos fuimos a darnos un baño en una playa paradisiaca, a la que accedimos después de andar más de un kilómetro por un carril de acceso. Espectacular.
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