La semana pasada fuimos al cine a ver Pequeña Miss Sunshine. Quería haberla visto antes, pero la retiraron de la cartelera antes de hacerlo, y aprovechamos ahora que la han repuesto, tras colarse en las nominaciones a los oscars.
Es una película sin muchas pretensiones que te hace pasar un muy buen rato, y consigue que salgas del cine con una sonrisa en los labios, a parte de hacer que rías a carcajadas en algunas escenas de la película (inolvidable la escena en que el claxon de la furgoneta se queda atascado y los para la policía).
Cuenta la historia de una famila atípica: el abuelo jubilado que esnifa heroína y es un deslenguado, el padre da cursos sobre el éxito pero no se come una rosca, la madre no sabe que hacer para animar a su familia, el tío se recupera de un intento de suicidio frustrado al ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y se niega a hablar, y la hija pequeña, Olive, gafotas y ligeramente gordinflona, quiere ser miss. Olive es invitada a participar en el concurso de belleza infantil 'Pequeña Miss Sunshine' en California, y toda la familia se monta en una vieja furgoneta para que la niña pueda participar en el concurso.
El viaje hace cambiar a todos y te hace desear que aparezcan más películas como esta.
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