El siguiente paso en las vacaciones era pasar unos días en Berlín. Habíamos encontrado un vuelo barato desde Málaga, y nos habíamos alquilado un apartamento en el barrio de Mitte, que creíamos que estaba bastante céntrico.
Avisamos a la persona que nos alquilaba el piso que llegaríamos pasada la medianoche (el vuelo llegaba a las 23:55 a Berlín) y nos preparamos una hojita con los horarios de autobuses para ir del aeropuerto al apartamento.
Pero como pasa siempre (o al menos suele pasar en España), el vuelo se retrasó y llegamos al aeropuerto a las 1:30 de la mañana, por lo que los horarios que habíamos preparado no servían para nada.
Menos mal que en el aeropuerto se explicaba claramente que el autobús nocturno N71, te llevaba hasta la parada del N7 y de ahí a una plaza en la que hacer trasbordo con otro autobús que nos dejaba en Potsdamer Platz, plaza que creíamos que estaba cerca del apartamento.
Nos subimos en el autobús y cuando vamos a bajarnos del N71 para coger el N7, le preguntamos a un alemán muy simpático que habíamos visto en la parada del bus del aeropuerto, y en un perfecto inglés (nos dió la impresión de que sabíamos entender y hablar inglés perfectamente) nos indicó que el N7 era el N71 pero que en esa parada cambiaba el número (¡estos alemanes!).
Al llegar a la última parada, eran cerca de las 3 de la mañana, así que decidimos pasar del autobús y coger un taxi, que por unos módicos 12€ nos llevó a la puerta del apartamento.
Mr Tobowski nos estaba esperando. Nos entendimos como pudimos, ya que solo hablaba ruso, polaco o alemán, y nosotros casi ni español (lo único que entendimos bien, fue que llamó a Carmen, Angela Merkel, por que ella le pagó el alquiler y se partió el culo). Nos dió un par de copias de las llaves y quedó en volver el día de check out para recogerlas.
Directos a la camita, que eran cerca de las 4 de la mañana.
Esto es más o menos lo que sucedió a nuestra llegada a Berlín.
20 ago 2008
Berlín (I)
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