Abandonamos el hotel temprano y nos subimos al coche camino de Boston pero atravesando las Green Mountains. Paisajes otoñales espectaculares, con pueblecitos de película, llenos de hojas de colores dorados, y el omnipresente río, serpenteando.
Llegamos a media mañana a Bennington, un pequeño pueblecito del estado de Vermont (ahora comprendemos las escapadas románticas a hotelitos de Vermont de los neoyorkinos en las películas), en el que repostamos y ya aprovechamos para dar un paseo y visitar de casualidad una exposición de coches antiguos, en el que el cuidador (un señor muy mayor y muy simpático), nos iba contando cosas de los coches (¿De España?, está noche no llegáis a casa para cenar ;)).
Seguimos camino por las Green Mountains hasta llegar a Battleboro. Otro pequeño pueblo (un poco más grande que Bennington), en el que estuvimos comiendo. Acostumbrados a New York y sus infinitos sitios para comer, no pensamos que por estos pueblos, no habría tantos sitios ni lugares abiertos a cualquier hora, pero al final encontramos un sitio muy agradable.
Dejando Battleboro atrás nos dirigimos al hotel que estaba en Brockton, cerca de Boston. Boston es una ciudad pequeña, pero está rodeada de un enorme cinturón en el que habita el 80% de la gente que pasa por Boston. Estuvimos recorriendo Brockton por la noche en coche (tras dejar las cosas en el hotel), pero si Albany nos había parecido un sitio vacío, Brockton lo era aún más, y sólo había licorerías abiertas y algún que otro supermercado dando una imagen de peligro.
Acabamos comiendo en una restaurante texano (franquicia), cerca del hotel. Todo muy típico, incluso los Yihaaaa, para felicitar un cumpleaños.
16 nov 2011
De Albany a Boston
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