Hace un par de fines de semana nos fuimos con las amigas de Carmen a Hortichuelas, un pequeño pueblo de Almería cerca de San José. Llegamos el viernes por la noche y la casa nos gustó bastante, pero cuando empezamos a hacer la barbacoa, algo nos llamó la atención: olía mucha peste a ratos. Investigando descubrimos un gallinero junto al patio, pero bueno, seguimos con nuestra barbacoa y nuestra fiesta disfrutando.
Lo peor vino a la mañana siguiente cuando sobre las 5:30 de la mañana un gallo empezó a cantar y nos desveló a todos. Estábamos destrozados, pero eso no impidió que pasaramos el día en la playa de Agua Amarga.
Al volver por la tarde el gallo seguía cantando (se tiraba todo el día cantando el cabronazo). Cenamos en casa y estuvimos jugando a varios juegos de mesa (especial mención a Los hombres son de venus y las mujeres de marte que nos dejó entrever cosas jugosas, je, je). A la mañana siguiente otra vez el puto gallo, por lo que vimos la final olímpica de baloncesto, ya que no podíamos dormir.
El resto del día lo pasamos en el playazo, y por la noche volvimos a Granada.
Ya me he encargado de dejar unos buenos comentarios sobre la casa en internet, pero aviso, ni se os ocurra iros allí, a no ser que os encante madrugar con el canto del gallo.
5 sept 2008
Hortichuelas
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